Históricamente, Andorra ha basado su modelo económico en el sector del turismo tanto del esquí como comercial, en el sector inmobiliario y en su sistema financiero.

La crisis económica y el agotamiento del modelo clásico, ha obligado el país a crear un nuevo modelo económico basado en la liberalización de la inversión extranjera atraída por un sistema fiscal competitivo.

Andorra cuenta con un nuevo marco fiscal que se concreta en la creación de 4 impuestos:

  • Impuesto sobre la renta de los no residentes, vigente desde el 1 de abril de 2011, con un tipo general del 10%.
  • Impuesto sobre la renta de los no residentes, vigente desde el 1 de abril de 2011, con un tipo general del 10%.
  • Impuesto sobre sociedades. Vigente desde el 1 de enero de 2015, con un tipo general del 10%, un tipo especial en el que los obligados tributarios se benefician de una reducción del 80% a la base de tributación en sociedades de explotación internacional de intangibles. Las sociedades de tenencias de valores extranjeros se benefician, bajo unas condiciones, de una exención en la base de tributación de los dividendos que perciban de las participaciones en sociedades filiales extranjeras y de los resultados que obtengan de su transmisión.
  • Impuesto General Indirecto (IGI). Vigente desde el 1 de enero del 2013 con un tipo general del 4,5%.

Esta fiscalidad sitúa a Andorra en un escenario muy competitivo para realizar y desarrollar proyectos empresariales tanto en Andorra como internacionales.